Itinerantes. Revista de Historia y Religión 20 (ene-jun 2024) 188-190
On line ISSN 2525-2178
Reseña: Fraschina, Alicia (2024). Mama Antula. Una santa argentina para el mundo, Buenos Aires. Editorial Claretiana-Editorial Guadalupe. ISBN: 9789877621624. 125 p.
Mama Antula. Una santa argentina para el mundo es la versión de divulgación de una erudita investigación de la autora de más de dos décadas, sobre la vida y obra de María Antonia Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, una beata recientemente canonizada que vivió entre 1730 y 1799, recorriendo el territorio del entonces virreinato el Rio de la Plata. Este libro fue precedido por una publicación académica titulada La expulsión no fue ausencia. María Antonia de San José, beata de la Compañía de Jesús: biografía y legado publicado en 2017 y también publicó otro libro de fuentes titulado Epístolas y otras huellas de Mama Antula, que contiene una serie de fuentes que utilizó para su estudio sobre la vida y obra de esta singular mujer. Con este libro, las editoriales Claretiana y Guadalupe quieren poner a disposición del público en general, los resultados de un estudio minucioso que la autora realizó a partir de su trabajo hermenéutico sobre cartas, biografías y otros documentos.
La autora presenta en ocho capítulos el itinerario de vida de María Antonia Paz y Figueroa, analizando las diferentes facetas de su personalidad y recorriendo las distintas ciudades en donde desarrollo su obra. Analiza los temas fundamentales que contienen las cartas que cruzaron el Atlántico en ambas direcciones, durante dos décadas, creando un diálogo diferido pero nunca interrumpido. Las cartas que se escribieron en la red epistolar integrada por María Antonia Paz y Figueroa, el jesuita expulso Gaspar Juárez (santiagueño como ella) y Ambrosio Funes, cordobés, discípulo de Juárez, son una herramienta fundamental para comprender el entramado de relaciones que forjaron la personalidad de María Antonia e impulsaron su obra, la de la realización de los ejercicios espirituales ignacianos a pesar de la expulsión de los jesuitas en el último cuarto del siglo XVIII.
Entre los miembros expulsos de la Compañía de Jesús, las cartas de María Antonia que el P. Gaspar Juárez copiaba, traducía y hacia circular por Europa entre los jesuitas, constituyeron un gran aliento ante la desesperación en que vivían por la expulsión y luego supresión de la Compañía de Jesús. También los informes que recibía Gaspar Juárez de Ambrosio Funes, sobre el accionar de María Antonia, peregrina y misionera de la causa jesuítica, constituían un sostén en un contexto de tanta incertidumbre.
El libro de Fraschina reconstruye el derrotero de Mama Antula en su vida de peregrina recorriendo Santiago del Estero, Jujuy, Tucumán, Córdoba y Buenos Aires. Con mucha habilidad este texto nos permite comprender la red de relaciones que fue estableciendo, su habilidad para conseguir el apoyo de las autoridades civiles y eclesiásticas, la capacidad de juntar limosnas para sostener alojamiento y comida de los ejercitantes y la suma considerable que consiguió para hacer viable su proyecto más ambicioso, construir la Santa Casa fr Ejercicios Espirituales de la ciudad de Buenos Aires.
La autora presenta otras fuentes fundamentales para la reconstrucción biográfica como la carta edificante de autor anónimo El estandarte de la mujer fuerte publicada en francés en 1791 y traducida al castellano en 1902 con motivo de la celebración del primer centenario de su fallecimiento en 1899. A estas biografías se suman otros dos documentos muy importantes, el testamento de la beata en donde ella misma dispone como desea su propio funeral y la oración fúnebre pronunciada por el prior del convento de los dominicos, Fr. Julián Perdriel en donde enuncia que esta mujer sería la primera santa del Río de la Plata, equiparándola con otras que la precedieron como Rosa de Lima, Catalina de Siena y Teresa de Ávila.
Como bien señala Fraschina, el primer biógrafo de Mama Antula es su amigo Ambrosio Funes, quien a través de cartas le informa al jesuita Juárez sobre la vida y obra de está mujer que vive como jesuita en un rincón de América Meridional. Pero el promotor de la difusión de esta vida es sin duda el jesuita Gaspar Juárez, quien vio el potencial narrativo que había en la vida de María Antonia y recopiló testimonios de capellanes de la Casa de Ejercicios, párrocos, del Obispo de Buenos Aires, de la priora del monasterio de dominicas de Córdoba, curas del interior y amigos que la trataron.
La autora logra con esta investigación sacar del olvido a esta original mujer y recrear su contexto, su mundo de relaciones, en la convicción que el grupo y las personas con las que interactuó Mama Antula, impregnaron sus decisiones y el perfil que fue tomando su vida. Pero a su vez, la Dra Fraschina sabe bien que las biografías buscan descifrar la irreductible libertad de un derrotero personal, que emerge en los intersticios inherentes que los sistemas generales no logran controlar.
Fraschina también sabe que las trayectorias individuales experimentan rupturas, discontinuidades, contradicciones, incertidumbres que las existencias nunca se escriben en línea recta, pero eso deja vislumbrar las dificultades, incomprensiones y sufrimientos de María Antonia Paz y Figueroa.
La autora pone de manifiesto el modo libre de ser mujer en el siglo XVIII, la audacia de María Antonia Paz y Figueroa, para romper con los estereotipos femeninos de su época, su libre determinación para ponerse en movimiento y conocer nuevas ciudades en donde instalar la práctica de los Ejercicios Espirituales desde la tradición jesuita. Manifiesta. Revela sus deseos de ir más allá de los límites impuestos para una mujer “viajar hasta Flandes si fuera necesario” o “caminar por donde Dios fuese servido mientras me dure la vida, “andar por todo el mundo” o “seguir no digo a España sino al fin del mundo, caminar sin el menor embarazo hasta finalizar mi corta vida”.
Desde esta perspectiva la Dra. Fraschina incorpora a María Antonia Paz y Figueroa en la larga tradición cristiana de mujeres libres como las beguinas de la edad media y otras tantas beatas del espacio iberoamericano. Ellas decidieron no obedecer a mandatos sociales y entregarse a Dios desde el servicio al prójimo, llevando una vida contemplativa y de fuerte compromiso con los demás. La vivencia de la pobreza y la mendicancia les permitió experimentar el desprendimiento y una profunda libertad. Esto les permitía moverse, andar por las calles ocupándose de los más pobres y vivir un camino espiritual con más libertad. Estas beguinas y beatas fueron verdaderas aventureras de Dios y María Antonia se sumó a esta tradición de espiritualidad femenina.
La autora destaca como Mama Antula supo moverse con inteligencia y astucia, en sus cartas ella misma se definía como “mujer y ruin” “pobrecilla sierva” “una de las más débiles y flacas” “de mucha tibieza” utilizando así una estrategia de humildad, propia de las mujeres que deseaban captar la benevolencia de las autoridades masculinas. Pero por otra parte se auto comprendía como elegida de Dios, heredera de la Compañía y por ello se atrevió a solicitar los privilegios y prerrogativas que los jesuitas tenían en su tarea misionera y lo hacía con tono imperativo, reclamando prontitud en la respuestas porque “se nos pasa el tiempo” según expresaba. Ejerció autoridad y fue reconocida en su autoridad, buscó con este ejercicio transformar su realidad, desarrollando un proyecto que ella consideraba impostergable, la práctica de los ejercicios espirituales.
El libro de Fraschina concluye haciendo referencia al proceso de canonización de Mama Antula y la importancia que esto tiene en la tradición católica argentina, reconstruyendo el proceso y cada etapa del mismo.
Sin duda es un libro fundamental para dar a conocer la vida de esta mujer, la primera santa argentina, que de ser una ignota santiagueña en poco tiempo se ha transformado en un punto de referencia de la historia del catolicismo en este país.
Cynthia Folquer
Universidad del Norte Santo Tomas de Aquino
cfolquer@unsta.edu.ar