Presentación

 

Presentation

 

Tomás de Aquino, tomismos y ciencias naturales

 

Primera parte

 

DOI: https://doi.org/10.53439/stdfyt55.28.2025.7-10

 

 

En un mundo donde el conocimiento científico avanza con ritmo vertiginoso, resulta cada vez más urgente repensar las relaciones entre las ciencias naturales y las tradiciones filosóficas y teológicas que van moldeando nuestra comprensión del mundo. En este contexto, Tomás de Aquino se presenta como una figura singularmente relevante. Su confianza en la razón, su visión unificada del saber y su concepción de un universo ordenado abren la posibilidad de tender puentes filosóficos sólidos entre los dominios de la ciencia y la teología.

El fin del trienio jubilar de santo Tomás de Aquino nos lleva a recordar cómo fue movido por la certeza en la unidad de la verdad, fundamentada en la idea de que Dios no puede contradecirse ni engañarnos, para enarbolar el estandarte de la armonía entre razón y fe. Esta certeza fue la que lo movió a leer e interpretar las nuevas ideas incluidas en el corpus aristotélico que llegaban desde Oriente para mostrar cómo no contradecían, sino que favorecían nuestra comprensión de los misterios de la fe.

Este dossier, el primero de dos, inspirado y motivado por el ejemplo de Tomás, está dedicado a explorar el potencial del pensamiento tomista para iluminar cuestiones contemporáneas planteadas por las ciencias naturales y viceversa. Los artículos aquí reunidos muestran que las categorías tomistas –como causalidad, hilemorfismo, teleología y creación– ofrecen claves fecundas para conversar con los hallazgos científicos actuales y para enriquecer la reflexión filosófica y teológica en torno a ellos.

En el primer artículo, Giuseppe Tanzella-Nitti ofrece un panorama meta-teórico que reflexiona sobre la pertinencia del pensamiento tomista en el diálogo entre ciencias naturales, la filosofía y la teología. El argumento central se estructura en tres ejes: (1) las premisas filosóficas que subyacen a toda actividad científica, (2) las implicancias racionales de los resultados científicos, y (3) la capacidad del tomismo para profundizar en la inteligibilidad del mundo natural.

Tanzella-Nitti argumenta que, lejos de ser ajeno al quehacer científico, Tomás de Aquino mostró una actitud abierta, crítica y constructiva frente a las ciencias de su tiempo. Desde esta perspectiva, el tomismo no debe considerarse como un sistema cerrado, sino como una tradición viva capaz de asumir los desafíos que plantea la ciencia contemporánea. El autor sostiene que el pensamiento tomista permite clarificar las condiciones de posibilidad del conocimiento científico, identificar malentendidos epistemológicos frecuentes y contribuir a una visión más rica y unificada de la realidad. El artículo concluye proponiendo áreas de diálogo futuro, señalando que, para que tal diálogo sea verdaderamente fecundo, es imprescindible redescubrir la profundidad metafísica que Tomás aporta.

William E. Carroll centra su atención en las implicancias filosóficas y teológicas de las teorías cosmológicas contemporáneas sobre el origen del universo. Frente a interpretaciones que identifican la teoría del Big Bang con la doctrina de la creación o que, en sentido contrario, excluyen la necesidad de un creador a partir de supuestas explicaciones físicas del principio del cosmos, Carroll ofrece una clarificación esencial desde la metafísica tomista.

El núcleo de su argumento reside en distinguir la creación ex nihilo –un acto por el cual Dios confiere el ser– de cualquier evento temporal o físico, como un comienzo cronológico. Carroll denuncia el error de asumir que la creación debe coincidir necesariamente con un instante inicial en el tiempo, lo cual conduce a equívocos teológicos y a falsas dicotomías entre fe y ciencia. El pensamiento de Tomás de Aquino, que permite pensar una creación eterna sin contradicción, ofrece aquí un correctivo poderoso frente a las extrapolaciones indebidas de la cosmología actual. El artículo propone, en definitiva, una relectura profunda del concepto de creación a la luz de la metafísica tomista.

Por su parte, Thomas Rego propone una fascinante comparación entre el opúsculo de juventud De principiis naturae de Tomás de Aquino y la obra The Modeling of Nature del filósofo y físico William A. Wallace, OP. Su propósito es aplicar el marco hilemórfico clásico –materia y forma– a los descubrimientos actuales de las ciencias físico-matemáticas, con especial atención al estudio del mundo inorgánico.

Rego muestra que conceptos tomistas como “materia primera”, “forma sustancial” y “accidentes necesarios” ofrecen una plataforma metafísica robusta para interpretar entidades como la masa-energía, los átomos y las partículas subatómicas. Frente a la aparente ruptura entre la física aristotélica y la física moderna, Rego recupera el proyecto de la escuela tomista de River Forest, que buscó integrar ciencia moderna y filosofía natural clásica sin caer en reduccionismos. El artículo defiende que la noción tomista de sustancia y causalidad material, comprendida analógicamente, puede enriquecer la inteligibilidad filosófica de la materia desde una perspectiva que trasciende el mecanicismo.

José María Tejedor y Juan Larraín cierran esta primera entrega con sendos artículos en los que ponen en diálogo el pensamiento del Aquinate con la teoría de la evolución. Tejedor se enfrenta al dilema que ha polarizado muchas discusiones sobre ciencia y religión: la supuesta incompatibilidad entre la teoría de la evolución y la fe cristiana. A través de un recorrido crítico por las posturas extremas del cientificismo ateo y del creacionismo literalista, el autor propone un camino intermedio iluminado por la noción tomista de “causas segundas”.

Tejedor muestra cómo la teoría darwiniana de la evolución, particularmente en la versión matizada que ofrece el paleontólogo Simon Conway Morris, no solo puede ser compatible con una visión teísta del mundo, sino que incluso puede entenderse como expresión del dinamismo de una creación en desarrollo. El artículo destaca la relevancia de la causalidad segunda como herramienta conceptual que permite reconocer tanto la autonomía de los procesos naturales como su dependencia última de una causa primera trascendente. De este modo, se ofrece una alternativa tomista al conflicto entre naturalismo materialista y fideísmo anticientífico, reivindicando una visión integradora de la realidad.

Por último, en un original ensayo, el biólogo Juan Larraín propone que el desarrollo embrionario ofrece un fuerte apoyo a la primera premisa de la quinta vía de santo Tomás para demostrar la existencia de Dios como ejemplo de la existencia de cuerpos naturales que obran por un fin. Frente a la tesis, común en la síntesis moderna de la biología evolutiva, de que los procesos naturales carecen de dirección o propósito, Larraín argumenta que la morfogénesis embrionaria muestra una regularidad y una finalidad que no pueden explicarse solo por azar.

El artículo analiza desde una perspectiva filosófica y científica los conceptos de direccionalidad, propósito y causalidad final en biología. A través de ejemplos empíricos y referencias a la historia de la biología del desarrollo, Larraín defiende una teleología inmanente que no se opone a la teoría evolutiva, sino que la complementa y la enriquece. Así, la quinta vía de Tomás recupera actualidad en el contexto de la ciencia contemporánea, no como un argumento puramente especulativo, sino como una vía racional con apoyo en la experiencia de la ciencia natural.

Creo que los cinco trabajos que componen este primer dossier no proponen una reconciliación forzada entre teología y ciencia, ni una defensa acrítica del pensamiento de Tomás de Aquino. Su mérito radica, más bien, en mostrar cómo las categorías y métodos del tomismo siguen siendo herramientas intelectuales fecundas para pensar los problemas filosóficos más profundos que emergen del trabajo científico contemporáneo. Lejos de representar una cosmovisión anticuada, el pensamiento tomista se revela, así, como una fuente luminosa para la razón que busca comprender el mundo natural en su totalidad, desde sus causas inmediatas hasta su fundamento último.

 

Ignacio Silva

Universidad Austral, Buenos Aires, Argentina

iasilva@austral.edu.ar

ORCID: 0000-0002-1419-688X

 

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