La presencia de la bondad divina inmensa y su relación con la presencia por la gracia deificante, en la doctrina de la Suma Halesiana

Resumen

El tema de la presencia de Dios por doquier, tratado en las Sentencias de Pedro Lombardo en el cuadro del estudio de la ciencia divina ‘como incidentalmente’,
encuentra en la Suma Halesiana su lugar propio, el Tratado II de la Primera Parte del Libro I, consagrado al estudio de la inmensidad divina. La consideración de la inmensidad es ‘determinada’, en dicho tratado, por cuatro cuestiones mayores: por la infinitud, en cuanto a sí misma; por la incomprehensibilidad, en cuanto a su intelección; por la incircunscripción, en cuanto al lugar; por la eternidad, en cuanto a la duración. La tercera cuestión está dividida, a su vez, en tres partes: la incircunscripción de la esencia divina, la localidad, y la existencia en las cosas. Esta última admite un doble tratamiento: en general y en particular, a saber, por la inhabitación de la gracia. En este estudio concentraremos nuestra atención sobre el tema de la presencia general, siguiendo este mismo orden de exposición. Consagramos dos secciones a la explicación de la presencia ubique y en las cosas. A ellas le precederá una sección más breve, referida a la doctrina sobre la inmensidad divina considerada en sí misma, que ofrece la clave de lectura de toda la cuestión. En la última sección ofreceremos una breve exposición de la doctrina de esta misma cuestión sobre la inhabitación, poniendo de relieve los contenidos que la relacionan con la presencia ubicua. Procediendo de este modo, podremos determinar si el maestro franciscano explica la omnipresencia desde la infinitud y la inhabitación desde Dios como fin y objeto. Si así fuera, dicha explicación podría prescindir, en uno y otro caso, de toda referencia a la causalidad eficiente divina.