Francisco Suárez y la transformación del vínculo entre razón y fe
Su repercusión en la filosofía heideggeriana
Abstract
Nuestra exposición se basará particularmente en algunas tesis sentadas por el Doctor Eximio en sus monumentales Disputationes metaphysicae. En ellas, Suárez ofrece, por un lado, la última gran síntesis del saber filosófico antiguo-medieval, recapitulando y presentando sistemáticamente las más importantes corrientes y escuelas florecidas en la época precedente: desde la escuela de Tomás de Aquino a la de Escoto y el nominalismo ockhamista, sin olvidar toda la tradición de los comentadores de Aristóteles. Pero, por otro lado, como se verá, compone por primera vez un tratado autónomo de metafísica que significó un verdadero giro respecto de la tradición, por cuanto este saber aparecerá fundado como ciencia trascendental del ente en cuanto ente, es decir, como ciencia de la esencia entendida como pura posibilidad, anterior a la condición concreta de los entes particulares existentes y desligada de ella, por cuanto aquellos serán considerados exclusivamente bajo el concepto general y abstracto de ente, capaz, en su neutralidad, de incluir a Dios mismo como ente supremo, pero al fin, como un ente más sometido a una noción de ens que ha sido, podría decirse, determinada formalmente a priori. La metafísica de Suárez, representa, pues, un momento singular en la determinación del “destino del ser”, y ello en virtud del establecimiento de una “nueva” relación entre los enunciados de fe y los de la razón. De ahí que su metafísica haya concitado, por ejemplo, el interés de un pensador como Martin Heidegger, particularmente abocado a desentrañar la historia del pensar como la trama de las vicisitudes del ser.