“Al leer ciertos libros, tuvo engaño propio y se confundió…” Sor Elena de la Cruz y su juicio inquisitorial en 1568
DOI:
https://doi.org/10.53439/revitin.2020.2.05Palavras-chave:
libros, inquisición, monjas, Nueva EspañaResumo
En 1568, sor Elena de la Cruz, monja del convento de La Concepción, de la ciudad de México, fue denunciada ante la inquisición episcopal por palabras contra la fe, ya que ante algunas de sus compañeras dijo que no había más que siete pecados mortales y que ni el Papa ni el Concilio de Trento podían instituir otros; además
dudaba de que el arzobispo pudiera conceder indulgencias. Al iniciar el proceso en su contra, fue cuestionada sobre los libros que leyó, a lo que respondió que había revisado textos de fray Luis de Granada y de otros autores. El fraile, con clara influencia erasmista, fue muy leído tanto en España como en la Nueva España. Si bien algunas de sus obras fueron censuradas por la Inquisición en 1559, tiempo después se
aprobaron para su lectura, aunque algunas personas las siguieron considerando sospechosas. El artículo analiza los posibles textos que la monja pudo leer y que influyeron en su pensamiento. También se estudia cómo sor Elena hizo una interpretación personal de los libros y, junto con lo que aprendió de uno de sus confesores, provocó que sus opiniones se convirtieran en peligrosas y, por lo tanto, castigadas.